viernes, 15 de abril de 2011

No es fácil ser nube




Yo no sé mucho sobre la vida, pero hay algo que sí tengo claro: No es fácil ser nube.

Mucha gente se burla de mis formas cambiantes. Otros, ni me determinan siquiera. Así, a veces contemplada con morbo, otras ignorada, voy lentamente caminando el vasto cielo celeste, yendo hacia donde me lleve el viento. No puedo decidir adónde voy, ni cuándo. Ni siquiera puedo tomarme un café. Simplemente voy, voy yendo, lentamente, hacia donde los que se burlan o me ignoran no pueden llegar.

Eso sí, no puedo negar que es divertido cuando a veces me llega la urgencia, cambio de color y no puedo contenerme. Entonces libero esfínteres, y orino sobre la gente, sobre las ciudades, sobre los verdes prados, sobre ríos y mares. No contamino, por el contrario, hago bien. Me gusta cuando los niños en las plazas miran hacia mi y abren la boca para recibir en ella mi insípida lluvia.

Pero, así como pasa con los humanos, a veces cuando se orina se afloja otra cosa. Y vienen truenos y relámpagos. Sonoros truenos, que retumban en kilómetros a la redonda. Serpenteantes rayos que encandilan el aire con un fulgor atrevido. Pero no me da pena tronar. Porque no contamino con eso. No huele mal. Y hasta se escucha bonito. No todos gustan de mis tormentas, eso sí, pero es que yo también tengo derecho a enojarme.

No falta quién se entristezca cuando lluevo. Me da mucho pesar ver esos lánguidos rostros en las ventanas, mientras la lluvia ataca briosa el cristal. Yo les acompaño en sus pesares, porque la lluvia siempre trae recuerdos de desamores pasados, de carencias, nociones de imposibles y sueños rotos, que así como yo, son inalcanzables.

A muchos de ellos; los que se burlan, los que me ignoran, los que me beben, los que se mojan, los que detestan mis tormentas, los que le llueve el alma conmigo del otro lado del cristal; a muchos, a pesar de todo, les encantaría ser una nube. Volar entre nosotras, dormir en esos blancos algodones sobre lienzo azul. Pero a ellos, y a ustedes, les digo: no es fácil ser una nube. Así como ustedes quisieran ser yo, así yo quisiera ser uno de ustedes.

Porque una nube... una nube no conoce de amor.

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